VALORES

Desde el inicio de su trayectoria, el valor central en la vida de Christian ha sido siempre “las personas”. Más allá de los títulos, las formaciones y los trabajos, su vocación ha girado en torno a acompañar, escuchar y entender a quienes sienten que no encajan o que han sido olvidados. Su paso por la atención sociosanitaria y la integración social le permitió ver de cerca la vulnerabilidad humana, dándose cuenta de que lo que realmente importa no es solo la asistencia, sino la presencia: estar ahí cuando alguien más lo necesita.

Christian también es consciente de que la sociedad avanza a una velocidad que deja atrás a muchas personas. Entre la inmediatez de las redes sociales, la presión por el éxito y el miedo al fracaso, la salud mental se ha convertido en un tema secundario cuando debería ser prioritario. Muchos jóvenes y familias se sienten desbordados, pero no saben cómo detenerse ni a quién acudir. Su trabajo consiste en frenar ese ritmo acelerado, en crear pausas para la reflexión y el autocuidado, recordando que la vida no es una carrera, sino un proceso.

Otro de sus valores fundamentales es combatir el sufrimiento. Christian ha vivido en primera persona lo que significa sentirse perdido, y sabe que el dolor emocional no siempre se ve a simple vista. En una sociedad donde la tristeza se esconde y el suicidio sigue siendo un tema tabú, su labor ha sido dar voz a quienes callan su dolor, mostrando que pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino de valentía. Su trabajo en salud mental y prevención del suicidio no busca solo informar, sino crear espacios donde el sufrimiento pueda hablarse sin miedo ni vergüenza.

De ahí surge otro de sus valores más importantes: paso a paso y juntos. Ningún proceso de cambio ocurre de la noche a la mañana, y nadie debería sentirse solo en su camino. Desde su rol como psicólogo y educador, Christian apuesta por el acompañamiento real, sin prisas ni soluciones mágicas, sino con pequeños pasos que construyen grandes cambios. A través del humor, la cercanía y la empatía, busca que cada persona, sin importar su historia, pueda encontrar su propio ritmo y su propia forma de avanzar.

“El verdadero éxito no está en llegar rápido, sino en avanzar con sentido, con compañía y asegurándonos de que nadie se quede atrás en el camino.” – Christian García

Y sobre todo, que nadie se quede atrás. Su proyecto, Hari en Adolescencia, y su monólogo “El fin de conseguir es seguir”, son pruebas de su compromiso con quienes más lo necesitan. Ya sea un adolescente sintiéndose solo, una familia sin respuestas o una comunidad que no sabe cómo abordar la salud mental, su mensaje es claro: seguir adelante es posible, y hacerlo acompañado lo hace más llevadero. Porque al final, lo esencial no es solo avanzar, sino asegurarnos de que todos tengan la oportunidad de hacerlo.